Día de las Madres

Es cuando nacemos que nos borran la memoria, que encarna ese pedacito de luz que viene a esta tierra con un propósito claro, entre ellos, sobre todo si eres mujer, sanar tu linaje femenino, eso significa a tu madre. 

Todo ese propósito se basa en no repetirnos, en evolucionar y resolver todo aquello que no hemos resuelto en otras vidas.

¿Y es que acaso está mal repetirnos? A veces sí, a veces no. Yo, por ejemplo, quisiera repetir muchos aspectos de mi madre: su solidaridad, su buen corazón, su amor incondicional, sus buenas intenciones detrás de todo lo que hace. Sin embargo, el dolor que cada mujer carga en su vientre y que mi madre tiene el suyo propio, quisiera más que repetirlo, sanarlo en mi. 

A mi me metieron con fuego el honor a mi madre y a mi abuela. No digo que me hayan quemado,  ni mucho menos, por lo menos no en esta vida, pero fue frente al fuego y frente a una de mis maestras que entendí que debía dejar de cuestionar y comenzar a aceptar.   

Nos perdemos entre tantas cosas humanas que se nos olvida que no importa si es la mejor o la peor madre, es la que escogimos, y si estás leyendo esto y me sigues, sabes lo que pienso con respecto a la reencarnación y los acuerdos sagrados o acuerdos pre vida. Si no convives con lo que creo en este sentido, puedes dejar de leer o seguir escuchando mi tesis y en una de esas te quedas con algo que te sirva. 

Yo creo que todos estamos aquí por algo, que mi madre es mi madre porque hay algo que yo escogí para trabajar en esta vida y tengo dos opciones, pelear contra eso que mi madre es o no es, o lo que sea que uno pelee en su relación (o nula relación) con su madre, y la otra opción es aprender de eso que escogí y sanar a mi madre en mi.

¿Te das cuenta que repito el "en mi"? ¿Sanar a mi madre en mi, sanarlo en mi? Bueno, eso es porque no necesariamente este proceso de sanación lleva a una mejor relación con la madre. En mi caso, nuestra relación se ha transformado en una relación en la que aprendemos a comunicarnos y a romper nuestros patrones de conducta juntas. 

Pero conozco procesos en los que la sanción de la madre se hace alejada de ella, incluso sin conocerla, en caso de personas que no fueron criados por sus padres biológicos.  Por eso digo que la madre se sana en uno. 

Cuando tenemos relaciones buenas o cercanas con la madre, las relaciones se mejoran pero para ello debe de haber una disposición también de la Madre, como en todas las relaciones, para que haya mejoría de la relación en sí, debe de haber dos personas trabajando en sí mismas y en el espacio en conjunto. 

En mi proceso, ambas nos vimos como en una especie de abismo, en el que supimos que o trabajábamos juntas o nuestra relación se podría afectar. Para mi mamá y para mi eso era difícil, y aunque nunca lo hablamos así como tal, creo que ambas nos comprometimos con sanar esos patrones de conducta que nos ponían a pelear y nos alejaban. 

Ahora que mujeres me comparten estos procesos en los que buscan sanar a su mamá en ellas, veo que no todas escogimos el camino de la madre presente y hay mucho dolor en esas almas que se sienten abandonadas por sus madres o que sus madres no fueron tan presentes como ellas hubieran querido. 

Es en este dolor que hay que trabajar, es este dolor que hay que procesar a punta de conectar con esa verdad de nuestro corazón que nos lleva a saber para qué estamos en este punto con respecto a nuestra madre. ¿Para qué? ¿Para qué te escogí, mamá?

Y la respuesta viene, llega, porque cuando preguntas a tu corazón, la respuesta llega.

Mi madre y yo hemos aprendido, poco a poco, juntas, a comunicarnos, a lidiar con el dolor de la otra, hemos aprendido a escucharnos más, a tener más compasión por el proceso de cada una. Y aunque falta mucho camino por recorrer, veo en nuestras reacciones la clarita sanación de antiguos patrones de conducta que nos lastimaban y nos hacían enfurecer. 

Hablar de la madre es un tema tabú. Nos han dicho que honrar a la madre es casi que no tocarla ni con el pensamiento y no debe de ser así. Con la madre debemos de abrir un vínculo de comunicación directa para poder convivir sin manipulación ni drama que son las principales herramientas con las que saboteamos nuestras relaciones. 

Si no tienes una relación cercana con tu madre, tu proceso es distinto, definitivamente debes de comunicarte pero contigo misma, por medio de escribir o de meditar y escuchar en dónde están las heridas para hacer lo que tengas que hacer y limpiarte/sanarte. Busca el camino y verás que ls puertas se comienzan a abrir. 

Hoy yo quiero honrar a todas las madres, no solo porque las escogimos para aprender a ser humanas en determinadas circunstancias de vida, aprender de aceptar lo que es para trabajar con eso, eso es la magia, eso es lo que nos empodera como mujeres, lo que nos da poder en el vientre y nos eleva a Alquimistas o Brujas (no te asustes de la palabra bruja, esta palabra está estigmatizada por la cultura patriarcal pero en realidad su significado tiene que ver más con la Sabiduría ancestral femenina que con magia negra, esto último no tiene nada que ver)

Así que dicho eso, quiero llamar a esa sanación para tu vientre, para que sea cual sea la circunstancia que decidiste vivir con tu madre, puedas liberarlo y convertir todo ese dolor en conocimiento, en experiencia y en poder. 

Gracias a todas las madres, las buenas, las dulces, las amargas, las tóxicas, las amorosas, las posesivas, las dramáticas, las manipuladoras, las curanderas, las cuidanderas, las que se fueron muy rápido, las que envejecieron, las que dieron su vida para encargarse de sus hijos, las que abandonaron, las que se fueron, las que no tuvieron tiempo, las que sacrificaron, las que se dieron, las que lo hicieron solas, todas, todas, todas, no importa la etiqueta que le hayas puesto a tu madre, no importa la etiqueta que se haya puesto ella sola, hoy hago honor, porque son el mejor terreno para hacer la gran maestría femenina. 

Hoy celebro a las madres porque nos dieron vida y la oportunidad de seguir sanando este femenino que todos los días se hace escuchar más. 

Hoy celebro a la gran madre: Pachamama, la Gran Diosa, La Mujer, Ella. 

Para ti mamá, a ti que nos escogimos para transitar juntas este plano, para que me dieras vida en tu vientre divino, por esta y muchas vidas más aprendiendo desde el amor. Gracias, gracias, gracias. Te amo. 

Ana Bolena ∞ AlasdeOrquidea

Ana Bolena Meléndez

La meditación es la energía que me mueve, a través de ella experimento magia. En M EDITA podrás encontrar meditaciones terapéuticas guiadas por mi, así como contenido con técnicas de respiración, visualización y sanación.

http://www.alasdeorquidea.com
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