La vuelta a la espiral

La cosmogonía maya dice que cada 7 años subimos un peldaño de la espiral que recorremos caminando la vida. Volvemos a una especie de punto de inicio en donde la perspectiva de los pasos recorridos muestran la experiencia, caminando nuevamente los mismos pasos pero con más sabiduría.

Aquí me encuentro yo, en la nueva vuelta a la espiral. Me siento en una especie de juego de video en donde desbloqueé un mundo y ahora debo de mostrar mis habilidades en este nuevo, que podrá tener diferencias en su apariencia, pero los obstáculos siguen siendo los mismos.

Ahora desde otra perspectiva, con el corazón más abierto y con más certeza en mi mente.

Hace 8 años comencé un camino que me trajo hasta aquí.

Hace 8 años exactamente yo regresaba del retiro que transformó mi vida, en donde me inspiré viendo trabajar a las Mujeres Medicina que el último día nos dieron medicina sagrada.

En el retiro de Sacha Runa conocí la música medicina, conocí el verdadero trabajo de las chamanas y chamanes detrás de cada ritual, abrí mi corazón a la sanación de ese abuso del pasado y por primera vez hablé de eso en presencia de más personas que apenas conocía.

Entre esas personas había una familia de Madre, hija y abuela.

En ese momento yo atravesaba por un tramo difícil en mi relación con mi madre. Allá hice mi primer rito del útero y sanación ancestral y ellas 3, la madre, la hija y la abuela, me llenaban el corazón de ganas de poder vivir algún día eso con mi madre. Mi abuela se había ido hacía pocos meses, y ella me acompañó todo el tiempo en ese retiro.

La sentí, estoy segura que me entiendes, la sentí a mi lado, era su presencia, la de ella y la de Chamán, mi perro que ya estaba en el cielo de los peluditos hacía unos años.

Al ver a Jeruxa, a Carmen y a Cristina portar sus envestiduras de Mujer Medicina de esa manera tan poderosa, tan mágica y real, yo quise ser ellas, yo quería hacer lo que ellas hacían, yo quería llenarme de plumas e invocar los espíritus de los cuatro elementos. Yo quería limpiar con copal y tabaco, yo quería ser la que daba la medicina sagrada.

Se me abrió un camino.

Para ese momento yo estaba comenzando mis pasos como profe de meditación, acababa de formarme para hacerlo y pensaba que ese sería mi camino hasta ese retiro.

Yo quería ser Mujer Medicina. Y me formaría para ello.

Mi camino personal hasta el día de hoy ha estado lleno de ceremonias, tabaco, copal, rezos, maestras, experiencias, alumnas, búsqueda de la congruencia, transmutación de mis propias emociones, cambios de perspectiva, doblegarme ante lo que es, entender que soy una hormiguita poderosa pero hormiguita al fin y al cabo.

No tengo el control.

Pero ya no lo quiero. Entendí que la Gran Madre y el Gran Espíritu saben mejor qué hacer con él, así que se los entregué y dejé de resistirme a lo que es, a lo que soy, a lo que manifesté hace 8 años.

Posterior al RETIRO MI DIOSA SENSUAL en Febrero 2023, comencé una formación muy profunda y bonita con Josefina Merlo, ahora mi maestra en las artes chamánicas andinas que me ha traído estructura y entendimiento de la cosmogonía desde otro nivel.

Mientras escribo me encuentro realizando un proceso de 147 días mínimo en donde al terminar, su escuela para Mujeres Medicina, me da el permiso (por así decirlo), de caminar con esa envestidura.

Al tiempo de comenzar mi camino como Mujer Medicina, comencé mi camino con la medicina del Rapé.

Ha sido un camino hermoso porque me ha llevado con más claridad hacia el subsuelo de lo que me corresponde sanar y ver. He pasado noches oscuras del alma con la medicina, en donde es muy claro en donde nacen mis miedos, en donde me paralizan y no me alientan a vivir.

Más de un año llevo caminando con el Abuelo Rapé de una manera diaria, profundizando en mis estudios de la medicina sagrada de los Totems Animales y esto, sin duda, me ha llevado a sentirme más parte de esta cosmovisión, de hacerla mía, de sentir su compañía tibia cuando algo me duele.

Sentí que era el momento de compartir.

Cuando conocí a Devana, con quien creamos el RETIRO MI YONI SAGRADA, supe que ella haría parte importante de mi camino. La reconocí como amiga y maestra en el momento que le vi sus bellos ojos medio verdes, medio amarillos… mis maestras siempre tienen ojos enigmáticos, que me llaman como un magneto.

Ahora Deva expresa haber sentido ese magentismo conmigo también y eso solo es sincronicidad.

Por eso desde esa vez que nos conocimos en el contexto de un Retiro de Tantra, supimos que algo crearíamos juntas y así lo hicimos.

En exactamente las mismas fechas que mi RETIRO SACHA RUNA hace 8 años, vio la luz este espacio de sanación que seguiremos replicando porque la medicina nos habló a las dos y creo que hace parte de nuestras misiones, para nuestras comunidades.

Entonces entendí mi nueva vuelta a la espiral.

Mientras nos fumábamos un tabaco en el patio trasero de la casa después de la ceremonia en la que Deva me inició como portadora, guardiana, proveedora de la medicina del Rapé, se acomodaron las ideas.

La luz de la pared le daba indirectamente a Devana mientras me hablaba y me recordaba la vuelta a la espiral, los aprendizajes, la perspectiva, la medicina. Esa luz la hacía ver como una mujer de facciones diferentes, era como si algo más grande que nosotras estuviera expresándose para mí con Deva como canal.

Mi corazón brincaba, me disfruté y me viví con tanta presencia ese momento que si cierro los ojos puedo sentir mi piel de gallina escuchando a Deva y a mi voz interior como en una charla magestuosa de bienvenida a la siguiente vuelta a la espiral.

Ahora era yo sentada en el altar frente al grupo al lado de otra Mujer Medicina de pasos firmes, congruentes y certeros. Ahora era yo escuchando, sosteniendo y cantando. Ahora era yo sintiendo la medicina actuar en mí para poderla compartir a través de palabras y perspectivas.

Ahora era yo. Ahora soy yo.

Mi madre me acompañó a este retiro. Aceptó la invitación que nació de mi corazón en un encuentro con el Abue Rapé. Supe que ella debía estar allá, era un latido fuerte, un deseo profundo.

Ella se puso feliz pues llevaba mucho tiempo que quería vivir un retiro conmigo. Ella también se colocó en una nueva vuelta a la espiral, así lo expresó durante el retiro, después de hacer medicina sagrada como una guerrera y desbloquearme mundos internos de resistencias y miedos con su ejemplo.

Todo es tan sincrónico, todo encaja con tantísima perfección.

Entre las participantes del retiro que ahora son mujeres que atesoro con el alma hay una mujer muy joven y con una sabiduría palpitante, fresca, vital, un corazón que late hacia el cielo y con sonrisa en la cara.

Ella me recordó a mí. Yo era mi propia alumna en ese espacio. Yo me veía y me reflejaba en ella. Porque ella representa lo que yo representaba en ese retiro en el que yo también era mucho más joven que las demás, mujeres de caminos largos, rojos y conscientes.

Cada una de las mujeres que asistieron a MI YONI SAGRADA fueron piezas claves de tanta alquimia que ocurrió. Cada una trajo un regalo que me dejó, una ofrenda para mi corazón que me llama a la responsabilidad constante de mis pasos, a la búsqueda incansable de la congruencia, la verdadera práctica espiritual.

Ahora me digo a mi misma: ¡Eres una Mujer Medicina! ¿Ahora qué vas a hacer con eso? ¿Qué pasos vas a mostrar? ¿Qué heridas debes sanar? ¿Qué perspectiva debes fomentar?

Con este encarnamiento viene un compromiso, no solo con mi comunidad sino conmigo misma. El compromiso de seguir caminando congruentemente esta nueva vuelta a la espiral.

Amor amor amor, traes amor amor amor.

Gracias Pachamama, Pachatata, Ancestras, Madre, Padre, tú.

Annie

Ana Bolena Meléndez