Energía en Movimiento

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Quiero comenzar esta columna haciéndote una pregunta: ¿cómo definirías a la emoción?

Te pregunto porque estoy segura de que sabes qué es una emoción, pero también estoy casi segura que no conoces el verdadero impacto de las emociones en nuestra vida.

Hasta hace algún tiempo, para mí las emociones eran sensaciones intangibles que definían cómo me sentía en diferentes momentos. También eran sentimientos por diferentes personas, pero nunca pensé que fueran otra forma de energía parte de todo ser espiritual-mental-físico.

La misma palabra nos lo dice: emoción significa energía en movimiento. Si cada emoción que tenemos, o el conjunto de ellas, son un cuerpo energético que forma parte de nuestro todo-humano, entonces más vale poner atención a cada una de nuestras emociones, pero más atención aún en las que se quedan atoradas en el campo energético.

Las emociones fueron creadas para generar una liga en nuestra memoria. Determinados eventos importantes son prácticamente inolvidables debido no a la situación en sí, sino a la huella emocional que dejaron.

Pasa que con el tiempo tendemos a olvidar las situaciones exactas, de hecho, no sé si te pasa, pero hay emociones tan extremas que olvidamos los detalles, pero nos aferramos a las emociones.

Si algo terrible te pasó, es posible que tengas lagunas mentales del momento, pero el dolor que te haya ocasionado es bastante más claro. La emoción es la forma natural en la que el cuerpo guarda memoria intacta.

Olores, momentos y colores nos recuerdan a determinadas personas o situaciones, todo porque dejaron una huella emocional.

Así es como formamos gran parte de nuestra personalidad, según situaciones que generaron emociones y que se asimilaron o se quedaron atoradas en el sistema. Entonces, por pura energía, quedamos definidos en nuestro comportamiento.

Una emoción no resuelta es una emoción que se guardó, que no se habló, que no se sanó o entendió y que en el momento de adquirirla la hicimos parte de nuestro ADN energético.

Estas emociones siempre pueden ser liberadas, pero de no hacerlo se traducen lenta o rápidamente en síntomas que incumben a nuestra salud.

Los síntomas son una alerta de caos en nuestro cuerpo, nos enfermamos pero en vez de dar un vistazo al porqué, corremos a un doctor a que nos anestesie con algún medicamento cortando, así, el estímulo eléctrico que provoca el dolor.

Cortando así la fuente de sabiduría y, a la vez, la fuente de sanación consciente.

No se trata de hacer a un lado la medicina convencional necesariamente, pero sí de poner atención a las emociones que vamos guardando o que nos vamos quedando sin sanar para evitar que se reflejen en la salud.

Sanar todo el bagaje emocional que traes cargando te vuelve más ligero, tu energía se encuentra limpia de trabas y tu campo creativo se potencia.

Cada persona es diferente, hay quienes tienen la capacidad de encontrar y sanar emociones del pasado, y hay quienes necesitan ayuda de un coach que los guíe en un camino de sanación y liberación de energías viejas.

Si sanas tu energía, sanas tu ser.

Te invito a que escuches esta meditación guiada, hoy es #ViernesdeMeditación: soundcloud.com/alasdeorquidea/meditacion-guiada-visualizo-mi-transformacion

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