3 Ejercicios para Tonificar tu Vagina y Suelo Pélvico
Los músculos vaginales y del suelo pélvico quizá sean los más importantes que jamás se ejercitan en una rutina de entrenamiento físico. Estos músculos, que son como un trampolín en la base de tu pelvis, contribuyen al fortalecimiento general del abdomen y mantienen en su lugar a varios órganos —entre ellos, la vejiga, el intestino y, para algunas personas, la vagina y el útero— además de asegurarse de que funcionen correctamente.
Sin embargo, muchas personas ni siquiera saben que estos músculos existen, al menos no hasta que dejan de funcionar como deben. Hay una falta de conocimiento general sobre el área pélvica y sexual.
Tal vez no son visibles como los tríceps o los cuádriceps, pero son vitales para todo, desde funciones básicas para ir al baño hasta la salud sexual, sentarse y ponerse de pie, además de que pueden fortalecerse con un programa de ejercicios.
Cuando nuestro suelo pélvico es fuerte y flexible, los músculos trabajan conjuntamente —o “se co-contraen”— con los músculos centrales para permitirnos vivir nuestra vida diaria con facilidad y mantenernos activos a medida que envejecemos.
Los problemas del suelo pélvico pueden estar provocados o agravados por cualquier factor que ejerza presión sobre los músculos con el paso del tiempo, provocando su desgarro o debilitamiento, como correr, bailar, levantar objetos pesados sin la forma adecuada, el estreñimiento crónico o incluso la tos habitual, el embarazo y el parto. Las lesiones también pueden surgir cuando los músculos se tensan demasiado, lo que puede deberse a la costumbre de “aguantarse” cuando se siente la necesidad de ir al baño, al sobreentrenamiento del tronco o incluso al estrés y la ansiedad prolongados.
El Huevo Yoni es una piedra, en este caso de Jade Nefrita, que te insertas en un vagina (como unas kegel balls) y sirve también para reconectarte a nivel psíquico y energético con tu Energía Femenina y tu merecimiento de placer sexual.
El Huevo Yoni es una invitación abierta a explorar tu mundo interior por medio de la reconexión con tu Poder personal femenino. Claro, puede solo servirte para Tonificar, pero si estás leyendo esto es porque no te conformas con el nivel físico solamente y sabes lo clave que es estar en armonía energética con nuestro centro de poder: nuestro útero (aunque no tengas), nuestra vagina, nuestra vulva.
Si quieres conocer un poco más y a lo mejor se mueve algo en tu interior cuando ves el Huevito Yoni entonces visita el botón a continuación para que sepas más sobre el Huevito y te animes a tener el tuyo.
Los ejercicios que te comparto a continuación son 3 ejercicios básicos para tonificar el Suelo Pélvico y tu Vagina. Si a estos ejercicios les sumas el uso del Huevito Yoni de Jade Nefrita o de cualquier huevito Yoni que ya tengas (obsidiana, cuarzo, jaspe…) vas a acelerar la tonificación de tu vagina y con ello le darás la bienvenida a todo el Placer que viene con eso.
No te pierdas el PODCAST de la Semana Pasada que va de la mano con este BLOG!!! Te dará mucho más contexto sobre la TONICIDAD y la SALUD VAGINAL.
Respiración diafragmática
Aprender cómo mover el diafragma es clave para conectar con tus músculos del suelo pélvico y acondicionarlos.
Siéntate en una silla con los pies apoyados en el piso. Coloca una mano en tu vientre y una en tu pecho.
Inhala y siente cómo se expande tu abdomen, luego exhala lentamente por la boca. (Imagina que un globo se infla dentro de tu panza: cuando inhalas, el globo se llena de aire; cuando exhalas, el aire sale poco a poco, como si tu pulgar cubriera la abertura y dejara escapar el aire gradualmente). Repite esto 10 veces.
Ejercicio de alargamiento del suelo pélvico
El siguiente paso para ejercitar el suelo pélvico es aprender a relajar y alargar los músculos, para que sean capaces de realizar un rango completo de movimiento. La capacidad de relajar la pelvis es importante para funciones básicas como ir al baño sin esfuerzo (piénsalo como una forma de evitar el estreñimiento) y tener relaciones sexuales con penetración sin que te duela.
Recuéstate boca arriba en una posición cómoda con las rodillas flexionadas y las plantas de los pies sobre el piso.
Comienza con respiraciones diafragmáticas; respira hondo y permite que el aire llene tus pulmones hasta el fondo. Siente cómo tu vientre, tu espalda baja y tu suelo pélvico se estiran —o se alargan— ligeramente hacia afuera con cada respiración.
Exhala poco a poco con los labios fruncidos, permite que tu vientre, espalda y suelo pélvico se relajen a su tiempo. No actives ningún músculo durante la exhalación; asegúrate de que tu suelo pélvico esté en reposo total. Imagina que el globo que mencionamos antes se expande 360 grados en todas direcciones al momento de inhalar. Una de esas direcciones es hacia abajo entre tus piernas y hacia el perineo (el área entre la vagina y el ano). Cuando el vientre se infle, el perineo también dejará pasar el aire de manera pasiva. Repite esto 10 veces.
Ejercicios de Kegel sentada
Si el ejercicio previo nos ayuda a relajar los músculos del suelo pélvico, los ejercicios de Kegel nos entrenan para poder contraerlos. Este ejercicio nos ayuda a contener orina, heces o gases cuando sentimos la necesidad de ir al baño y también funciona para aumentar la resistencia de los músculos del suelo pélvico, a fin de que puedan sostener nuestros órganos y equilibrar la presión que se ejerce en el abdomen a lo largo del día.
Siéntate en posición erguida, con los pies apoyados en el piso.
Inhala por la nariz y relaja tu suelo pélvico mientras se inflan tu vientre y tu caja toráxica.
Al exhalar, aprieta y levanta los músculos de tu suelo pélvico y mantén la contracción mientras exhalas. Intenta contraer los músculos durante 10 segundos. Tal vez te ayude imaginar que estás apretando los músculos como cuando quieres detener el flujo de la orina en la parte frontal y el paso del gas en la parte trasera, o imagina que estos músculos están recogiendo una canica y reteniéndola en su interior. Activa los músculos dentro de tu cuerpo, no solo aprietes los muslos o los glúteos.
Relájate por completo durante cuatro a 10 segundos, o más tiempo, si es necesario. Liberar la tensión es importante, ya que contraer los músculos sin relajarlos por completo puede hacer que se tensen de más y se restrinja su rango de movimiento. Haz tres series de 10 repeticiones.
Contracciones rápidas
Este ejercicio va más allá de los de Kegel, ya que entrena los músculos del suelo pélvico para que se contraigan rápidamente, una habilidad que les permite responder con eficacia a funciones repentinas y automáticas que crean presión dentro del abdomen, como toser, estornudar o reír. (También puede ayudar a prevenir la incontinencia o las “fugas”, que ocurren ante esta presión).
Siéntate en posición erguida, con los pies apoyados en el piso.
Contrae y libera varias veces los músculos que detienen el flujo de orina. Intenta hacer al menos siete repeticiones en 10 segundos. Contrae y libera al menos 30 veces.