34 años de gracias y aprendizajes
Dicen que no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que la vida nos muestra que no es para siempre. Probablemente jamás será suficiente el disfrute de la gente que amamos, jamás aprenderemos a vivir con su partida, sobre todo en determinadas fechas que nos recuerdan su voz, sus alegrías y su amor.
Hoy es mi cumpleaños, es mi día favorito de todo el año. Gracias a Dios no guardo ese miedo a envejecer, gracias a toda la luz del universo, me vanaglorio de vivir un año más, sobrevivo con amor lo que la edad le trae a mi cuerpo y agradezco las bendiciones que al alma me rebosan.
Este cumpleaños tiene un nuevo factor, un factor desconocido, y es el factor de la ausencia de un ser que solo ella supo lo que mi corazón sentía: mi abuela.
Todos los años, desde que tengo uso de razón, su llamada se hacía llegar entre las primeras, prometiéndome bendiciones, amor y abundancia para cada año que pasara. Entonces tomaba el teléfono mi abuelo, quien hace unos cuántos años llamó para felicitarme y luego, días después partió de esta dimensión.
Cada cumpleaños recuerdo a mi abuelo, cada que llega este día pienso que hace algunos años fue la última vez que oí su ronca y graciosa voz. Ahora falta mi abuela, ahora despierto, como todos mis cumpleaños pero sin su llamada y cae ese dolor que aún probablemente no despierta del todo por su reciente partida y mi alma negándose a que ello sucediera.
Así que con esa encomienda despierto este cumpleaños, con tomarme más a pecho el disfrute de quienes amo, con sacarles el jugo todo cuanto pueda, con sonreír sin reparos, perdonar como deporte, amar con entrega y vivir tan presente que el pasado no me perturbe y el futuro me siga sorprendiendo.
Agradezco cada bendición que diariamente mi abuela me mandaba, agradezco el amor de mis padres, compartir la vida con el amor de mi vida, mi marido, la conexión con mi perrhija Mayath. Agradezco a mis amigos que permanecen, los que pasaron por mi vida y los que aún se alegran por mis alegrías.
Agradezco las pruebas que la vida me pone y las enfrento con todo el amor de mi corazón, agradezco cada minuto que pasa porque lo respiro, lo vivo y lo guardo en la memoria.
Agradezco mi salud, mi fuerza, mi cerebro y cada parte de mi cuerpo. Agradezco no ser perfecta, agradezco mis errores y mi capacidad de enmendarlos. Agradezco la facilidad cósmica con la que me emociono hasta las lágrimas. Agradezco la sabiduría de mi alma y la docilidad con la que mi ego cada día me premia.
Agradezco porque puedo amar hasta lo que no me gusta, porque eso es lo que me hace más ser humano, porque cuando me encuentro con baches es cuando crezco y aprendo a conocerme.
Por tanta gratitud es que hoy es un día especial, porque recibo las bendiciones del cielo que mis abuelos me envían, porque se que de alguna manera permanecen cerca de mi energía, porque los siento al mirar el mayor tesoro que guardo en casa, y porque nunca dejan de venir en sueños a saludarme y a llenarme de su cariño.
Gracias por un año más, gracias por tanta vida y tanto amor.