Yo soy emoción

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El manejo de la emoción masculina  necesita evolucionar más, no todos los Cirilos saben manifestar sus emociones porque a muchos, cuando eran niños, les dijeron que “los hombres no lloran” y con ello crearon un bloqueo mental-emocional de acero.

Quiero hacer de su conocimiento, mis queridísim@s Ciril@s, que yo lloro hasta despidiendo un avión de carga. Soy chillona, chillona; lloro con los mensajes bellos que me mandan, lloro contando algo bonito, lloro cuando las emociones se me apilan en un mismo segundo. Lloro cuando veo a un hombre llorar.

La educación para mis queridos Cirilos ha cambiado. Hoy veo a mis amigas educando hombrecitos sensibles, que sean capaces de expresar sus emociones y que puedan llorar sin vergüenza sus lágrimas. Sin embargo, muchos hombres que hoy son adultos tienen trabajo manejando sus emociones, siguen sin saber llorar y cuando lo hacen se juzgan por ello.

Les quiero compartir mi significado de emoción: la emoción se genera en el espíritu y se vuelve sensación de pensamiento. Los pensamientos alimentan las emociones, y son los pensamientos los que también nos generan emociones.

Las emociones son los sentimientos del alma, al no expresar tus emociones, no permites que tu alma hable. Antes me daba pena llorar. Más que pena, incomodidad. Curioso que mis padres, siempre, me permitieron y alentaron a que me expresara. Posiblemente, mi camino de vida y sus beriberis hizo que me avergonzara de mis propias lágrimas, de mi propia expresión del alma.

Entonces, cuando la emoción llegaba, no era capaz de controlarla. Lloraba a punta de incomodidad de diferentes tipos: no puedo hablar, me están viendo, están pensando mal de mí.

Fue cuando aprendí a aceptar mi emoción, que pude controlarla, más no dejarla de sentir, pero por lo menos ya puedo hablar con el llanto como ingrediente. Ya no me da pena, ahora acepto que así soy.

Vivir sin emoción es como encarnar a un maniquí. Lo que nos hace humanos, lo que nos convierte en seres sensibles son nuestras emociones, el sabio manejo de ellas, pero, sobre todo, la aceptación total de su existencia.

Todos experimentamos diferentes emociones en diferentes estímulos; todos hemos tenido una diferente experiencia de vida tan honrosa como cualquier otra. Por eso hay que honrar, también, las emociones que se han forjado con cada paso.

Mis Cirilos de luz, los invito a que se familiaricen más con sus emociones, a que se permitan llorar cuando así lo deseen, sin miedo a que vayan a pensar nada de ustedes. El alma necesita hablar y si cada que llega una emoción la amordazan en su desarrollo van a generarse una carga energética difícil de comprender.

Permítanles a sus emociones ser tal y como son, obsérvenlas, conózcanse, vibren y sientan esa vibración; cuando las lágrimas rebosan es porque su energía se dispara de tal manera que su cuerpo busca drenarse. Dénle chance a su bella alma de que hable, sin importar quién esté al lado.

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