Vibrando en Positivo
No importa la posición económica, religión, raza, sexualidad o estado civil: todos los seres humanos estamos conformados de lo mismo.
Quiero que cada quien piense en sí mismo como un ser que se compone de una tridimensionalidad: espíritu, mente, cuerpo. Su espíritu es la “imagen y semejanza” de la gran fuente de energía; su mente es la más avanzada herramienta humana; su cuerpo, el móvil con el que actúan para crear su vida perfecta.
¿Haz escuchado el dicho que reza “tal persona saca lo mejor de mí” o “lo amo porque con él soy la mejor versión de mí misma”?
Bueno. Partiendo desde este punto, lo primero que tengo que decir es que todos tenemos en nuestro poder la elección de ser la mejor o la peor versión de nosotros mismos. Tenemos la opción, el poder y la capacidad de vibrar en negativo y en positivo.
Hice un pequeño diagrama que ejemplifica lo que quiero decir:
Los bueno y lo malo es lo que tiene que ser, y ambos son importantes para que el equilibrio energético sea posible. O dicho en otras palabras: para que haya positivo debe haber negativo.
Nuestro ser viene a experimentar el amor. De ahí venimos, de eso estamos hechos. Cuando vibramos en amor, que es lo positivo, entonces podemos explorar nuestro potencial de creación.
Vibrar en negativo, digamos que vivir en esa sombra que todos tenemos, nos hace atraer situaciones que para nosotros son “malas”: enfermedades, infelicidad, frustración, amargura.
Si comprendemos que la energía atrae lo que es, crea lo que es, entonces al vibrar en negativo atraemos lo que nuestra mente considera negativo.
Nos rodeamos de gente que vibra en negativo, desgastamos nuestra energía odiando y comportándonos de la única manera a la que tenemos acceso cuando vibramos en esta frecuencia.
Vibrar en positivo es buscar todos los días experimentar más el amor. El amor está alejado del ego, porque el ego no sabe amar, el ego nos lleva a vibrar en negativo.
¿Qué quiere el ego? El ego quiere el fin, no los medios. El ego quiere lo que tiene el de al lado, quiere dinero sin importar de donde venga, ni lo que tengo que hacer para que llegue. El ego se instala en la zona de confort desde donde existe y en la que no se siente amenazado de muerte.
El ego es quien muere con el cuerpo, el alma sabe que es inmortal.
¿Qué quiere el amor? El amor quiere ser feliz pero por medio de hacer felices a otros. El amor no piensa solamente en sí mismo; el amor piensa que todo lo que haga debe de salpicar a los demás, el amor es incondicional.
El amor nos ayuda a encontrar la verdadera misión de nuestra vida, el amor tiene por seguro que esa misión nos llevará directo a la abundancia. El amor es la experiencia máxima que nuestra alma busca en este experimento humano.
Vibrar en amor no es fácil. Ningún camino hacia la verdad lo es, de hecho, lo más fácil es vibrar en negativo, escuchar al ego, a lo tangible, a lo carnal. Vibrar en positivo va de la mano con estar conectado con la máxima conciencia de la que cada uno es una extensión.
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