Sé feliz hoy
Dicen que la mejor universidad para vivir es la vida en sí, pero me siento cierta cuando digo que aprender a vivir, con todo lo que conlleva, nos encamina hacia la plenitud.
Por eso me he abocado a esto, porque en mi persona he visto los beneficios de educarme con respecto a la vida. He podido encontrar el camino de la sanación con mis familiares y conmigo misma, esto me acerca a la plenitud y la consciencia.
Uno de los aprendizajes más poderosos que me he topado en el camino es el rompimiento del paradigma de la felicidad. Para empezar a deshuesar ese paradigma o bloqueo debemos identificarnos con el supuesto principio que nos han metido en la mente y es lo que nos aleja de la plenitud:
“Cuando alcance tal o cual meta, entonces seré feliz”.
Centramos nuestras posibilidades de ser felices en el futuro, allá cuando compres la casa de tus sueños o llegue el amor de tu vida, o te asciendan en el trabajo o ganes más dinero.
La señal que estamos mandando al cerebro es: hasta que no tenga eso no puedo ser feliz y no sólo eso, al no estar agradecidos por lo que tenemos el día de hoy, nos alejamos más de lo que “necesitamos” para ser felices el día de mañana.
Te invito a que hagas un examen retrospectivo. ¿Qué necesitas para ser feliz? ¿Una nueva casa? ¿un nuevo auto? ¿un trabajo perfecto? ¿una pareja con tales cualidades?
Te equivocas. Nada de eso necesitas para ser feliz. Eso es lo que tu ego necesita para sentirse contento, pero tú, tu esencia, tu espíritu, necesita sentirse feliz con lo que tiene para hacer uso de la sabiduría que ayuda a desarrollarnos en el mundo material.
¿Hace sentido?
Para eso les tengo un ejercicio que aprendí de uno de mis maestros de transformación, Vishen Lakhiani, y que, en lo personal, me insta a sentirme más feliz cuando comienzo a anclar, sin querer, la felicidad en mi futuro.
Cierra los ojos e imagina en dónde estabas hace tres años. Recuerda todo, tu aspecto emocional, laboral, económico. Ahora encuentra todos los avances que has hecho en tus diferentes aspectos desde entonces hasta el día de hoy.
Quiero que visualices lo que tú consideras tu meta, imagina esa casa, ese carro, esa relación, todo lo que “necesitas” para ser feliz y observa en esa línea de tiempo de tres años atrás los pasos que has dado hacia tu sueño, ¿dónde estás hoy?
Este ejercicio debe de servirte como reflexión. Mirando el pasado con respecto a tu presente, en vez de mirar el futuro con respecto a tu presente, te hará sentir gratitud, elemento fundamental para alcanzar tus más profundos sueños.
Además, este ejercicio te ayudará a ver cuáles áreas puedan estar estancadas y te instes a poner acción para evolucionar. Recuerda que las cosas no llegan solas, debes crearlas en tu espíritu, convertirlas en pensamiento y luego ponerlas en acción.
Siente mucha gratitud por tu presente y verás que, dentro de tres años, cuando vuelvas a hacer este ejercicio, notarás que los avances son más grandes cuando tienes consciencia y cuando decides dejar ir la frustración por “no tener” para sentir felicidad por lo que tienes.
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