¿La espiritualidad está peleada con mi religión?
En este nuevo camino, se me fue formulada una pregunta que deseo contestar con prontitud: ¿Me estás vendiendo una nueva religión?
No vendo religiones, de hecho, no conecto con quienes lo hacen. Creo en la intimidad del camino espiritual y pretendo respetarla de la misma forma que pido sea respetado el mío.
Lo que yo propongo no está peleado con ninguna religión. Mi intención dista de cuestionar el camino ajeno, por el contrario, deseo compartir el mío sin ninguna expectativa más que inspirarlos en el suyo propio.
Este camino hacia la felicidad en el que te propongo conectar es paralelo a la religión que practicas, incluso, un buen complemento si es que practicas alguna religión, si no, tampoco requieres de ninguna para conectar conmigo.
Si observas la raíz de las religiones, la mayoría están inspiradas en hombres iluminados que lograron conectar con un ser luminoso interno, lo que nos referimos como Dios.
Jesús, Buda, Mahoma, entre otros maestros, crearon su propia religión en torno al amor —por la cual muchos fueron crucificados desde física hasta espiritualmente, pero esa es otra historia—. Más tarde esa creación se convirtió en los estamentos a seguir de las masas o religiones.
Hay situaciones que atentan contra mi credibilidad en las religiones, pero, una vez más, no me permito juzgar el camino espiritual de muchas personas que vibran en positivo, por unas cuantas aberraciones.
Lo importante no es querer cambiar las religiones sino transformarnos de manera individual. Amoldar nuestro sistema de creencias a lo que nuestra alma le haga sentido y le sirva. Procurando mantener un presente que sea en torno al amor y, con ello, regresaremos al punto de partida de todas las doctrinas que conocemos.
No propongo crear un culto, ni blasfemar ni agredir con nuevos conceptos. Mi intención es contagiarlos del virus de la felicidad por medio del despertar de su conciencia. Todos tenemos ese bicho corriendo en nuestras moléculas ¡sólo es cuestión de despertarlo y volverlo pandemia en nuestro sistema!
“La fe mueve montañas” y nosotros, seres humanos experimentando el siglo XXI, tenemos recelo con todo este tema de la fe. La cuestionamos, le queremos buscar la materia y la respuesta, y como no lo logramos nos instalamos en la frustración ante lo no tangible. Entonces decidimos o no creer en nada o permitir que me impongan en qué creer.
Tu camino espiritual es tuyo para elegirlo. Mirar hacia nuestro propio ser y confiar en él es el mejor acto de fe que podemos tener. Conocer nuestro poder, nuestro potencial, y la capacidad que tenemos para volver realidad hasta el más loco de nuestros sueños, será lo que nos hará libres de las barreras que construyeron en nuestra mente.
Bienvenidos a este espacio todas las religiones, las no religiones, las nuevas religiones. Bienvenidos todos los que deseen refrescar conmigo los conceptos que han dejado de dar resultado, pero que no por ello deberían desaparecer sino transformarse y, así, compartir la evolución con un creciente grupo de personas que deseamos vibrar más alto.
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