Los días ovulatorios [Mi método del ritmo]

7CED8525-A1B0-4A11-B657-6E721B2DC35C.jpeg

Casi todos días, me escribe mínimo una chica a preguntarme qué pienso sobre los métodos anticonceptivos hormonales. Mi respuesta siempre será que yo no los uso, que he usado el anticonceptivo hormonal en todas sus formas, el único que me faltó probar era ese que te inyectaban en el brazo. Los dejé de usar porque me casé y buscamos otras opciones. Luego entendí que algunos problemas que tenía se debía al consumo de tanta hormona durante mis veintes.

Si no era porque me mandaban pastillas para regular mis hormonas veinteañeras, era yo buscando una forma de, ni por el verraco, quedar embarazada. Pero cuando llegaron mis 28 años comenzó a suceder algo que jamás me había sucedido:

Barros en la piel. Y no cualquier barro, eran unos tulundrones enterrados que dolían y cuando salían en la nariz hasta se me metían en la visión, así eran de grandes y horribles. Esto no me hace gracia pero hasta un amigo me llamaba “Granita”. Lo que no me pasó en mi adolescencia, me pasó en los veintes tardíos.

Yo no entendí nada pero tampoco lo pregunté, me trataba los barros a mi manera: exprimiéndolos hasta dejarlos del triple de tamaño de lo que eran originalmente.

Luego, en mis treintas pasó algo que yo confundí con trauma y que si bien estaba mezclado también hacía parte de los chingados efectos secundarios de las dosis de hormonas sostenidas durante años: mi líbido definitivamente no era la de antes ni tampoco me estaba funcionando el cuerpo como solía hacerlo. Ahora sí: what the hell!?

Como ustedes saben, yo comencé a atacar eso por el lado del abuso e hice bien, todo hacía una melcocha en mi experiencia que tenía que limpiar sí o sí, pero jamás pensé que las hormonas también jugaran tan importante papel en nuestros cuerpos. Y sí, no son básicas, son fundamentales, son los pilares de nuestra estabilidad y salud.

Yo dejé de tomar pastillas y de usar métodos hormonales porque estaba harta, me casé y comenzamos a trabajar por medio del ritmo y el tantra, cuando no tenía yo idea de lo que era pero me parecía muy chévere ver que el orgasmo y los nadadores, se pueden controlar e igual ¡gozaaaaa!

Entonces con el tiempo y el camino terminé de cabeza en la Menstruación, casi de manera literal (ja ja) y comencé a estudiar mi ciclo con minuciosidad para así llegar a mi propio método del ritmo.

Y digo propio no porque tenga algo de diferente al que conocemos sino porque nuestros ciclos son únicos y personales, la teoría común nos ayuda a entender cómo funcionamos pero los tiempos, esos son de cada mujer.

Cada ciclo femenino es diferente, por eso es básico conocer el nuestro para, entonces, utilizarlo a nuestro favor. La observación de nuestro ciclo, es la única respuesta. Si aprendemos a escuchar profundamente nuestro cuerpo también podemos darnos una mejor idea de cuándo estamos ovulando y con ello utilizarlo para cuidarnos o embarazarnos.

Entonces, hay que saber cuántos días dura tu ciclo para partirlo a la mitad y conocer tus probables días de ovulación. Pero si te quedas en probabilidad, los riesgos de quedar embarazada con el ritmo son considerables. Debes poner atención y estar conectada con tu cuerpo esos días para leer cólicos sutiles y flujito blanco espeso en los calzones. ¿Y cómo se hace todo esto? Con Mindfulness.

Una vez has observado qué día es tu día pico de ovulación, entonces lo vuelves el día centro de una semana en la que te vas a cuidar. Para ello, más que observarlo una sola vez, debes observarlo por varios ciclos, mínimo 3 para que entiendas cuál es el comportamiento cíclico y seas una experta en tus propios tiempos.

Muchas mujeres me dicen que les da miedo cuidarse con el ritmo, y las entiendo, siempre hay un factor de incertidumbre que, no les voy a negar, está, peeeeero (siempre hay un pero) es lo uno por lo otro. Nuestras hormonas, como les decía arriba, son la base de nuestro equilibrio y tanta hormona sintética durante la vida nos ha llevado a que hoy haya quistes, problemas de tiroides, menopausias prematuras, cáncer, senos enfermos, _______________ tú nombra el problema, hay decenas.

Yo no tengo problema con envejecer, creo que una adultez se puede lograr de manera saludable y también estoy consciente de que la vida tiene etapas y todas vale la pena vivirlas en bienestar. Si yo sé que seguir consumiendo hormonas me va a desequilibrar mi sistema eventualmente, mejor lo dejo de hacer.

Hay quienes requieren de tratamientos hormonales para tener equilibrio, sobre todo las mujeres en menopausia necesitan dosis de hormonas sintéticas para no vivir los síntomas de manera cruda y sobrellevarla. Yo creo en lo que te haga sentir bien y lo que necesitas, pero si aún no lo necesitas, ¿para qué predisponer a tu cuerpo a necesitarlo en algún punto del camino? o mejor aún ¿por qué no esperar hasta que sí las necesites en la menopausia?

La pregunta queda abierta para todas Ellas que están dudosas frente a su decisión y resuenan y creen que podrían darse un chance de buscar opciones alternas que no alteren su sistema hormonal saludable.

En fin, respeto y entiendo de corazón a quienes toman las hormonas como alternativa anticoncepción, es algo muy personal y una decisión que no debe de ser juzgada por nadie porque nuestras decisiones están basadas en la experiencia y en nuestro único caso, así que si esa es la opción que resuena para ti, hazlo y busca formas naturales de darle fortaleza a tu sistema hormonal.

Con amor,

Annie


Ana Bolena Meléndez

La meditación es la energía que me mueve, a través de ella experimento magia. En M EDITA podrás encontrar meditaciones terapéuticas guiadas por mi, así como contenido con técnicas de respiración, visualización y sanación.

http://www.alasdeorquidea.com
Anterior
Anterior

El ritual perfecto | Pasos para un ritual íntimo

Siguiente
Siguiente

Cuestionario y detalles para Sesión privada