Despertar duele

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Ayer vi el documental Cowspiracy, en Netflix. Sabía de antemano que conocer la información que tiene ese tipo de documentales clama a mis hábitos de alimentación, por eso, con la mente abierta e intentando dominar a mi ego desesperado por satisfacerse al costo de cualquier excusa, me dispuse a verlo.

En este camino de vida que cada día se vuelve más profundo, he descubierto que es imposible ir en contra de la conciencia, pues ella jamás te deja en paz. No importa cuántos pretextos inventes para convencerte de algo que no deseas hacer —aunque debas—, tu conciencia siempre encontrará la forma de pellizcarte para que te des por vencido.

Ahora siento nuevamente el llamado de reencausar mi alimentación, ya no es suficiente consumir carnes orgánicas o criadas humanamente. Resulta que estudios demuestran que los animales de granja criados para el consumo cárnico son los principales causantes de la devastación del Amazonas, de la debacle del agua a nivel mundial y de los gases de efecto invernadero ¿qué más motivos necesitamos?

Me pregunto cuánta gente, en este momento, está luchando por hacer cambios en su vida, para mejorar, para sentirse con más energía, con más salud, más en balance con lo que uno piensa y predica.

Desde los hábitos más básicos, como es el del ejercicio o incluso el de levantarse temprano, lo menos traumático es comenzar poco a poco, todos los días haciendo algo que nos acerque más a la meta y cuidándonos mucho de no caer en esa zona gris en donde el crecimiento se estanca.

Cuando era pequeña sufría de unos dolores terribles en las rodillas. Todo se debía a mi crecimiento. Recuerdo estar parada en la cama de mis padres, llorando de dolor porque sentía que las rodillas se me partirían en pedazos. Mis huesos se estiraban y, por ello, sufría.

Cada que pienso en un nuevo crecimiento personal, recuerdo mis rodillas, recuerdo que era tan sólo una niña de siete años y aun así pude lidiar con el dolor. Aquí sigo, crecí, me volví mujer y los dolores resultaron positivos.

Ahora me encuentro evolucionando porque mi misión de vida me lo exige, evolucionar a cada paso, ser más consciente, ser más proactiva, siempre formarme en las filas de la solución y no amontonarme en el desorden del problema.

Tomar responsabilidad de mi vida y mi hábitat.

¿Difícil? ¡Uff! Todos los ajustes en nuestra vida resultan dolorosos, no importa si es crecimiento físico o crecimiento espiritual. Hoy en día, la conciencia que nos lleva al crecimiento personal es el camino más doloroso de todos, pero, a la vez, el más satisfactorio.

Los invito a que abran su conciencia y vean este documental: Cowspiracy. Deseo con todo mi corazón que deseen unirse, a su ritmo, a estas filas de los que vamos a desafiar la egocéntrica necesidad de satisfacer un deseo con el fin de conservar nuestro planeta, nuestro hogar.

Con el fin de que los mares se restablezcan, los bosques se recuperen y, ya que la industria cárnica se mueve con sus propios intereses económicos, seamos nosotros, la sociedad, los que no les dejemos salida más que entrar en un equilibrio que nos regrese la salud de nuestro planeta, de nuestra tierra; la salud de la humanidad.

Conoce el tráiler de Cowspiracy: www.youtube.com/watch?v=pYLeEk7JbXE

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