Correr más despacio

caminarHace poco dejé de correr. Digamos que comencé a correr más despacio. En un momento me detuve, miré hacia atrás y me pregunté: ¿de quién estoy corriendo? Al ver que no había nadie persiguiéndome, empecé a entender el tiempo y la relatividad de la que hablan en su honor.
Me obligué a no ser tan exacta con mi despertador, a disfrutar esa hora extra en la cama, a sentir mis huesos crujir suavemente al estirarme, a bostezar cuantas veces sea necesario antes de despertar por completo. Dejé de desayunar a las prisas ¿quién me está correteando? Saboreé mi yoghurt y mi fruta. Me puse despacio la ropa para hacer ejercicio, arreglé mi cuarto sin tanto afán y salí de casa.
Me detuve a mirar el sol por un momento, ¿quién me correteaba que no me permitía verlo? Caminé escuchando música hasta el gimnasio. Me estiré e hice ejercicio sin pensar en que solamente tenía una hora para ello, ¿quién me esta correteando? Sin mirar el reloj, regresé a mi casa, me bañé, me arreglé y me puse a trabajar para darme cuenta que sin tanto correr, el tiempo me rinde más.
¿Quién me estaba correteando? Era yo misma, la que con el afán de ganarme unos cuantos minutos y siempre terminar temprano, estaba olvidando en el camino disfrutar de mi día a día. Y si mi trabajo me permite darme el lujo de no correr, ¿por qué me estaba correteando?
Desde ese día deje de correr de mí misma...
Ana Bolena Meléndez

La meditación es la energía que me mueve, a través de ella experimento magia. En M EDITA podrás encontrar meditaciones terapéuticas guiadas por mi, así como contenido con técnicas de respiración, visualización y sanación.

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