Siete Chakras
Estoy segura que has escuchado este término muchas veces, por eso te quiero explicar de la manera más simple la dimensión física de los chakras (leíste bien, está científicamente comprobado que los chakras existen también en el plano físico).
Imagina una naranja. Cuando la pelas encuentras una membrana blanca que une y cubre cada uno de sus gajos. Esa membrana entra por cada gajo y comunica con los otros gajos. ¿Me sigues?
Nuestro cuerpo tiene esa misma membrana, se llama fascia. La fascia es una especie de fibra óptica que conecta y protege nuestros órganos, huesos, vasos sanguíneos y nervios.
Los chakras se encuentran situados en donde la fascia entra por tu musculatura, tal como cuando la membrana de la naranja entra entre gajo y gajo. En las siete entradas principales de la fascia se encuentran los siete chakras más poderosos del cuerpo humano.
La energía está supuesta a fluir sanamente a través de la fascia. Si tienes bloqueos de energía causados por emociones, experiencias y pensamientos, tus chakras se desbalancean y causan afecciones físicas, espirituales y emocionales.
El chakra raíz (Muladhara, por su nombre en sánscrito) se encuentra en ese pedacito de piel entre tu ano y tu sexo, llamado vulgarmente nies y te provee la sensación de sentirte arraigado. Cuando se encuentra desbalanceado experimentarás ansiedad y renuencia, como que no eres ni de aquí ni de allá. Las drogas, por ejemplo, son principales desequilibradores de este punto de energía.
Debajo del ombligo está el chakra del Sacro (Svadhisthana). Balanceado, magnificas tu creatividad y encanto, de lo contrario tienes dificultades para solucionar problemas y eso resulta dañino para tu ego.
Poco más arriba de tu ombligo se encuentra el chakra del Plexo Solar (Manipura). Este chakra te provee de poder y deseo de lograr metas cuando se encuentra en balance, a diferencia de los sentimientos de inseguridad que causan su desequilibrio.
El chakra del corazón (Anahata) te llena de amor, confianza y paz, que se refleja desde tu ser supremo. Las palabras de otros, por dañinas que sean, no representan impacto en tu autoestima. Te amas a ti mismo, no a los roles que juegas en la sociedad.
El chakra de la garganta (Vishuddha) se encarga de tus necesidades de una sana comunicación. Te ayuda a comunicar tu deseo en una forma que sea tan entendible como clara.
Ajna, el chakra del tercer ojo —justo en medio de tus cejas—, te da una visión más clara de lo que tus ojos físicos te proveen. Te conectas con tu intuición, por lo que tomarás mejores decisiones que se reflejan en tu experiencia de vida.
Por último, el chakra de la coronilla (Sahaswara) es el que te conecta con tu ser supremo. Si tus chakras del tercer ojo y coronilla se encuentran balanceados no experimentas sentimientos negativos contra ti mismo. Sientes guía y comprendes que en el plano espiritual las imperfecciones, son perfecciones divinas.
Te invito a que conectes en este #ViernesdeMeditación con una visualización guiada por mí para ayudarte a balancear tus chakras y así alcances todo tu potencial: www.alasdeorquidea.com/meditacion-chakras/
* En esta liga también podrás encontrar un plano visual de los chakras y sus colores.
Namasté.