Sé Coherente
No podemos cerrar los ojos ante las mil veces que nos encontramos pensando algo y actuando de manera opuesta.
Ser partidario de rencores contra personas o contra situaciones en sí, va en nuestro detrimento, lo que jamás podemos permitir es pasar por encima de lo que nos nace y lo que no.
De manera continua, la vida me ha puesto pruebas en las que por “educación”, por “moral” o porque simplemente así ha sido preconcebido, me veo orillada a tomar acciones que no me satisfacen.
He aprendido que no importan los preceptos establecidos más que mi deseo honesto. No se trata de hacerle mala cara a alguien o quitarle el saludo, se trata de respetar lo que mi corazón y mi energía dictan.
Los maestros rasposos de los que hablé en mi columna “Tres seres” son, por lo regular, con quienes nos encontramos en estos entredichos.
Les recuerdo, por si no leyeron el texto en el que los menciono, que los maestros rasposos son seres con quienes tienes una relación, como su nombre lo llama: rasposa.
Esas personas, o situaciones, que aunque parecieran familiares, resultan molestas. Como un mosquito a medianoche. No es grave, pero te resta sueño.
La coherencia de nuestros pensamientos y nuestras acciones nos regalan integridad. ¿¡Ah carambas, qué no la integridad era otra cosa!? Es probable que nos la hayan explicado mal.
Ser íntegro significa actuar de acuerdo a lo que sentimos, sin importar las consecuencias que ello traiga. Ojo con lo que digo, siempre en paz con los demás y con amor hasta a quien es difícil de amar. ¡Vaya reto!
Hay personas entre nuestras amistades, familiares o compañeros de trabajo con los que nos cuesta vibrar en amor al ciento por ciento. Aunque esa es nuestra más grande misión: aprender a amar incluso a los maestros tortuosos, jamás debes de pasar por encima de tus estatutos.
Respetar tus sentimientos y, sin proyectar mala energía a nadie, colocar a un lado las circunstancias que no te hacen feliz, es parte de ser íntegr@ o integral.
Cuando te amas profundamente no permitirás que nadie te haga daño de manera gratuita, puedes perdonar sin cuestionar, sabiendo que todas son lecciones y que cada personaje o situación que se manifiesta es una potencial oportunidad para crecer, y esto es fundamental para tu desarrollo óptimo.
Crecí, gran parte de mi vida, queriendo agradar a todos los que me rodeaban, me encontré fallando a mis preceptos y a mis propios estamentos, me encontré pasando por encima de mí misma.
A punta de regla sobre las yemas aprendí que puedo sanar a todos en mi vida y que la única manera de hacerlo no sólo es honrando a aquellos que me acompañan en mi camino, buenos o malos, sino honrándome a mí a cada paso que doy, con mis decisiones de alejarme o permanecer.
Desde ese día aprendí que no hay que cambiar para ser aceptado por todos, sino que debo ser quien soy para que los adecuados se aproximen a mí.
Les invito a conectar con todas las meditaciones guiadas que cada #ViernesdeMeditación preparo para ustedes:www.alasdeorquidea.com/meditaciones-guiadas-por-la-voz-de-la-orquidea/