Día 10: El poder de la palabra

Las palabras son decretos, hechizos, que lanzamos todo el día, a veces, de manera irresponsable.

Constantemente nos decimos palabras que nos hacen sufrir, nos calificamos y juzgamos con palabras dolorosas, asimismo crucificamos con palabras a otros. 

Cuando digo "yo no sirvo para eso" estoy decretando algo, mi mente toma nota y lo pone en práctica. Lo triste no es "no servir" para cosas que no nos generan gozo, sino "no servir" para aquellas que soñamos con lograr. 

Si mis palabras se convierten en saboteo para lograr mis sueños, entonces tengo un uso inadecuado de ellas. Si mis palabras me hacen sentir mal de alguna manera o me ponen limitantes, entonces no me estoy hablando con el amor que se requiere. 

Como me hablo, te hablo. Como te escucho, me escucho. 

El poder de la palabra viene de la mano con el poder de escuchar la palabra de otro y tener la sabiduría para comprenderla aunque no la comparta y la sanación al no tomarme nada personal.

Tus palabras que causan dolor, vienen de tu propio dolor. Somos espejos, recuérdalo siempre.

Namasté,

Anna Bolena ∞ AlasdeOrquidea

 

Ana Bolena Meléndez

Soy Ana Bolena, pero dime Annie. Me certifiqué como Terapeuta en Sexualidad y Menstruación porque mi propia búsqueda de sanación me llevó a explorar a fondo el poder del cuerpo femenino. Durante años guié a mujeres a reconectar con su sensualidad y energía femenina, pero entonces llegó la Perimenopausia y todo cambió. Me di cuenta de que este camino necesitaba algo más que sensualidad: necesitaba claridad, sostén y un estilo de vida que nos ayude a vivir esta etapa con poder. Así que me metí de lleno a entenderlo, a experimentarlo, y ahora estoy aquí para compartir lo que he aprendido. La Peri no tiene por qué ser un caos, puede ser tu mejor transformación.

http://www.milunayoni.com
Anterior
Anterior

Día 11: Dejar ir

Siguiente
Siguiente

Día 9: Comprensión